Hoy hace un año que nuestro expediente entró en la Administración Húngara y recibió un número. Según la situación un año puede ser mucho o poco tiempo y según para qué o para quien habrá pasado muy rápido o muy lento, es cuestión del prisma con el que se mire.
La sensación del paso del tiempo hace pensar que era ayer cuando entrábamos de pleno en el verano de 2014, y ahora ya estamos de nuevo en verano pero en 2015, tras un fugaz invierno. Sin embargo fuera de la rutina habitual del día a día, de las estaciones, cuando esperas ese tiempo pasa demasiado lento y al volver la vista atrás, tienes la sensación de que hace mil años que llevas esperando, pese a lo cual eres consciente de que es lo que ahora toca hacer, esperar y desear que el tiempo no solo pase rápido, sino que el paso del tiempo sea el menor posible, una curiosa contradicción.
Este primer año hay que verlo como un paso más en este lento caminar, pero sin embargo un andar que con cada zancada salto o movimiento nos acerca más a él o ella.
Un deseo para hoy, para todos y para cada día: ¡Por un tiempo fugaz y breve a a vez!