Primera visita a la Ecai tras la preasignación

Salimos de la Xunta y fuimos corriendo a la ECAI, donde nos ampliaron los detalles y nos indicaron que posiblemente antes de mediados de octubre deberíamos de viajar a Hungría, por lo que se hacía urgente ir agilizando todos los preparativos. Allí vimos una foto en color de nuestro hijo, curiosamente todo el mundo, tanto nuestros familiares como las funcionarias de la Xunta y el personal de la ECAI decían que se parecía a su padre, he de confesar que así es, aunque el hijo es mucho más guapo que el padre, como no podía ser.

Reunión con la Xunta tras la preasignación

En la reunión nos dieron más detalles y antecedentes de nuestro hijo, nombre, gustos, datos familiares y médicos, parte del país en el que vivía etc…, y nos preguntaron si aceptábamos la preasignación,  evidentemente ambos dijimos que sí al unísono y una vez aceptamos, solo en ese momento, nos enseñaron su foto. Nos pareció el niño más lindo del mundo, aunque la foto estaba en blanco y negro, para nosotros era y es precioso. Firmamos los documentos de aceptación y nos indicaron que en breve tendríamos que viajar a Hungría para continuar el proceso de adopción, pero que esos datos nos los confirmaría la ECAI. He de decir que la Xunta nos facilitó enormemente todos los trámites y desde aquí queremos agradecerlo, las funcionarias nos dieron en todo momento un trato exquisito y nos ayudaron muchísimo y en todo.

Ya somos tres. La preasignación

Pasado unos meses, he encontrado el momento y el tiempo para contar cual ha sido el proceso desde que recibimos la llamada más esperada por todos, la preasignación de nuestro hijo.  Intentaré en los primeros post explicar un poco el procedimiento que entiendo a muchos les interesará, y en otros posteriores os daré información de nuestra estancia en Hungría y de la maravillosa adaptación familiar que estamos viviendo.

Era viernes 25 de septiembre de 2015 y como cualquier otro viernes por la mañana me encontraba en el trabajo cuando sonó mi teléfono móvil, cogí la llamada un tanto despreocupada sin conocer el número que figuraba en la pantalla, inmediatamente me dijeron que me llamaban de la Xunta de Galicia, de menores, y un escalofrío comenzó a recorrer todo mi cuerpo, cogí mi libreta de notas y me aparté a un lugar más privado, no soy capaz de recordar el contenido de toda la conversación, y aún ahora me emociono pensando en aquel día, no esperábamos recibir tan pronto esa llamada, pues apenas había pasado 1 año y 3 meses desde que nuestro expediente había entrado en Hungría.

 

Por teléfono las funcionarias nos dieron poco información, pero suficiente para calmar nuestra “curiosidad” y nerviosismo. Nos habían asignado un niño que tenía tres años (no esperábamos que fuera tan pequeño), nos contaron brevemente sus antecedentes familiares y sus gustos y nos emplazaron para el lunes siguiente a media mañana en las dependencias de la Consellería. Llamé inmediatamente a mi marido para decírselo y la emoción nos invadió a los dos.