Primera semana en Hungría: Conociendo a nuestro hijo. La vista para la adopción

La primera semana  es de aproximación, de acercamiento, intentando que el niño o niños tome confianza con sus futuros padres, digo futuros, porque de momento no somos los padres oficiales, aunque nos sintamos como tales incluso antes de conocerlo. Esa semana se va tanteando un poco, se intenta ver al niño fuera de su casa, poco a poco, según avanza la semana y según el niños va siendo más o menos receptivo, se dan pequeños pasos en la relación, quedarse con el y la Asesora sin los padres de acogida, quedarse solos con él incluso sin la Asesora…, los tiempos los marcan los niños,, su edad y su adaptación.

Las actividades a hacer con él son diversas, un mero paseo, una visita a una sala de juegos (parques de bolas como los que hay en España), ir al supermercado, un día en la piscina, un paseo por los bosques cercanos (hay mucho y hermosos en Hungría), todo ello en función del acercamiento que se tenga con el niño o niños. En nuestro caso la edad de nuestro niño y su apego a los padres de acogida hizo un poquito más lento el proceso, pero gracias a ayuda de nuestra Asesora, a nuestros amor incondicional, finalmente todo terminó bien y cada vez estaba más a gusto en nuestra compañía.

 Es importante ser conscientes de que ganarse a tu hijo requiere no solo un gran esfuerzo, prestarle mucha atención e intentar conocer sus gustos y necesidades, dándole el espacio que necesita, sino además  ser conscientes de un posible rechazo inicial y saber reponerse de él, fijándose en cada pequeño avance, en esa sonrisa o mirada que te dirige, en su consentimiento a que lo toques o compartas juegos con él. No menos importante es seguir las indicaciones que te da la gente que está a tu lado, la Asesora y las Consejeras, pues ellas están muy acostumbradas a estas situaciones y saben como proceder en cada momento y como ayudaros a alcanzar un importante grado de confianza con vuestro hijo.

En la medida en la que la relación con nuestro niño se iba afianzando comenzamos a quedarnos solos con él a ratitos, hasta pasar un día entero con él y llegar a conseguir que se durmiera en el coche. No he de negar que hubo momentos desalentadores, en los que lloraba cada vez que salía de casa de sus padres de acogida, pero según iban pasando los días esos llantos se hacían más breves y efímeros, para tranquilidad de todos.

Según iban consumiéndose los días de la primera semana, se acercaba el día señalado para la vista inicial que nos iba a permitir llevarnos a nuestro hijo a nuestro hogar Húngaro. Desde casi el principio ya sabes que día está prevista dicha vista y día del juicio para poder viajar, de forma que si todo marcha bien, los plazos se cumplirán y ambos hitos tan importantes tendrán lugar en la fecha indicada.

El día anterior a la celebración de la vista, nuestro hijo vino a comer a casa con nosotros, donde permanecimos mucho tiempo solos con él, jugando y disfrutando de su compañía y estrechando poco a poco los lazos que nos iban a unir para siempre. En ocasiones, esta visita a casa se hace antes, y se repite, en nuestro caso la edad de nuestro hijo no lo hizo aconsejable.

El día anterior a la vista, los padres de acogida te entregan la ropa de tu hijo, y algunos de sus juguetes, para que pueda iniciar esa nueva vida que le espera a vuestro lado.

El día de la vista, es un día de nervios, ansiedad. A ella se debe llevar la documentación que se ha traído de España y tener muy claro el nombre que le vais a poner a vuestro hijo dado que es el momento de dejar constancia del mismo (puede mantenerse el Húngaro, ponerle uno a mayores, antes o después, o simplemente cambiárselo, eso ya es decisión vuestra). La vista no es ante un juez es ante una funcionaria, en presencia de la Asesora y la tutora, allí te ratificas en que quieres adoptar a tu niño y te hacen una serie de preguntas, datos personales, fechas de nacimiento, lugar de residencia, motivo por el cual adaptamos y elegimos Hungría para hacerlo, como había sido la semana con nuestro hijo, que habíamos hecho, como había sido el trato con los padres de acogida…

Firmados los papeles nos trasladamos a otra sala donde estaba nuestro niño y los padres de acogida junto a todos los funcionarios, consejeras, tutora, responsable etc… La despedida fue dolorosa, nuestro hijo no sabía que se iba a separar de sus padres de acogida, que esa noche ya no dormiría en su cama de siempre, pero nosotros y ellos si lo sabíamos. Entender a la familia de acogida es importante, y también saber colocarse en su lugar, es cierto que en nuestro caso era el primer niño que cuidaban que era adoptado y que ellos eligen esta ocupación, pero para ellos es doloroso y debemos entender y respetar su dolor, sin olvidar evidentemente la situación.

No en todos los casos la entrega de vuestro hijo será en el organismo administrativo, pues sabemos de algún caso en el que se ha producido directamente en la casa de acogida.

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